Pigs swimming after Hurricane Florence

Protección de los animales de granja en los desastres naturales: Por qué los gobiernos deben actuar con urgencia

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Millones de animales de granja confinados en cobertizos en toda Carolina del Norte murieron de una forma innecesariamente cruel cuando el huracán Florence azotó el país en 2018. Este horrible evento demostró que las granjas industriales y los gobiernos no protegen a los animales cuando ocurren desastres naturales.

En 2018, el huracán Florence azotó la costa este de los Estados Unidos, dejando a su paso una destrucción sumamente extensa. Como las Carolinas se vieron particularmente afectadas, las muertes de animales de granja que quedaron en jaulas y cobertizos cerrados alcanzaron cifras de millones.

Se informó de que 3.4 millones de pollos y pavos, y más de 5,500 cerdos murieron durante el huracán Florence, cifra aún mayor que las muertes de animales registradas cuando el huracán Matthew arrasó la misma zona unos años antes. Estos animales se ahogaron en las aguas de la inundación o murieron de hambre cuando las raciones de comida y agua se agotaron o los sistemas automatizados fallaron. Un número desconocido de animales sufrió lesiones y enfermedades después de las tormentas y pudo haber muerto más tarde o haber sido sacrificado para ser incluido en las reclamaciones de seguros.

Aunque la ley exige que los animales de compañía se incluyan en los planes de preparación y evacuación del gobierno durante los desastres naturales, a los animales de granja no se les garantizan esas mismas protecciones.

En todo Estados Unidos, más de 9,000 millones de animales son criados como alimento cada año, y la mayoría pasa su toda miserable vida en cobertizos hacinados, sucios e inhóspitos. Los cerdos y los terneros criados para la carne de ternera se ven obligados a vivir en cajas de metal tan pequeñas que no pueden siquiera acostarse cómodamente o darse la vuelta. Las gallinas ponedoras de huevos están a menudo confinadas en jaulas con otras aves y tienen un espacio para moverse menor al del tamaño de una hoja de papel. Estos animales sufren psicológicamente por su confinamiento y la incapacidad de realizar comportamientos naturales como el de anidar, bañarse en polvo e interactuar con sus crías.

Cuando ocurren desastres, los animales de las granjas industriales son más vulnerables que los de las granjas de mayor bienestar. Se enfrentan a una inmensa angustia y sufrimiento por los malos entornos de las viviendas, y una alta probabilidad de una muerte cruel debido a su confinamiento. La inmunidad comprometida de los animales de las granjas industriales significa que son menos resistentes a los riesgos de salud que a menudo acompañan o se presentan tras los desastres. En los huracanes e inundaciones, por ejemplo, los animales de las granjas industriales suelen estar expuestos durante largos períodos a los patógenos causantes de enfermedades presentes en las aguas contaminadas por el estiércol.

Si bien las reglamentaciones sobre el transporte y el sacrificio de animales para la alimentación tienen por objeto evitar que los animales sufran; el hecho de que se ahoguen, mueran de hambre o sucumban lentamente a una enfermedad o lesión es igual de cruel. Los animales de granja merecen nuestra protección y que se les dé la mejor oportunidad de sobrevivir a un desastre.

Los animales de las granjas industriales son tratados como mercancías y no como seres sensibles que merecen protección, por lo que la pérdida de sus vidas se considera solo en términos económicos. Los reglamentos estatales y las pólizas de seguros pueden desalentar activamente a los agricultores de aplicar medidas de mayor bienestar y recompensar a los agricultores por perder todos sus animales en un desastre en lugar de salvarlos. 

Dado que el cambio climático se está convirtiendo en una amenaza cada vez mayor y que la agricultura industrial es uno de sus mayores contribuyentes a nivel mundial, los fenómenos meteorológicos extremos como el huracán Florence continuarán. Los animales de granja en los Estados Unidos se concentran en zonas propensas a fuertes huracanes, tornados, inundaciones, terremotos, ventiscas e incendios forestales. A menos que actuemos ahora, se volverán cada vez más vulnerables.

El hecho de tener miles de animales en una granja hace imposible diseñar planes razonables de evacuación o mitigación. Los gobiernos estatales deben actuar, poniendo fin al uso de jaulas para los animales, exigiendo normas más estrictas de bienestar animal y exigiendo un plan detallado de preparación para desastres de cada granja que incluya la limitación del número de animales de granja a niveles en los que todos puedan ser evacuados con éxito en caso de emergencia.

No podemos hacer esto sin su ayuda. Agregue su nombre ahora a nuestra petición exigiendo a los gobiernos que establezcan políticas que protejan a estos animales vulnerables hoy.

Firme la petición

 

Translation provided by NYCTutoring.com, a World Animal Protection Partner.

Los animales de las granjas industriales son tratados como mercancías y no como seres sensibles que merecen protección, por lo que la pérdida de sus vidas se considera solo en términos económicos. Los reglamentos estatales y las pólizas de seguros pueden desalentar activamente a los agricultores de aplicar medidas de mayor bienestar y recompensar a los agricultores por perder todos sus animales en un desastre en lugar de salvarlos.

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